Cuando poseemos dinero o algo propiamente nuestro, es decir, ganado por nuestro propio esfuerzo o simplemente recibido como obsequio, tenemos en nuestras manos el poder de alcanzar lo que queramos.
El gasto constituye una variable para la designación de recursos que se efectúa al cubrir necesidades o caprichos mediante el uso racional (en la mayoría de los casos) de lo que poseemos y podemos gastar, ya sea dinero, comida, ropa, entre otros.
Gastar generalmente se asocia al dinero, pues es lo que representa mayoritariamente el “poder” de obtener lo que queremos, pero no sólo éste permite que consumamos de uno u otro modo algo que nos pertenece, pues cuando poseemos una gran cantidad de comida y la compartimos estamos gastándola, aunque esta palabra es un poco despectiva para la acción de compartir, realmente es lo que sucede.
LA CUESTIÓN
Gastar mucho o poco, esa es la cuestión, pues independientemente de que se posea mucho o no, es una elección individual o en grupo que debe de ser consensuada (normalmente) para estar siempre al tanto del equilibrio del gasto, pues aunque ejercer ésta acción es de lo más placentero que hay, no debemos olvidar que estar tranquilos y conscientes de lo que hacemos nos genera calma y felicidad por tener el control parcial y mental de nuestras vidas, y no lo debemos arruinar por “mal gastar” lo que no debemos.
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